La Cava Baja fue en
origen un foso de agua que servía para defender la muralla cristiana que por
aquí pasaba. Se debió de excavar en el siglo XII al mismo tiempo que se
construyó la citada muralla. Al ser un terreno llano, el acceso a la muralla
por parte de los enemigos era fácil, de ahí que se excavara un foso y se llenó
de agua que procedía de la cercana laguna que existía frente a la denominada Puerta
Cerrada.
A partir del siglo XV la cava se desecó y se
empezaron a construir las primeras casas adosadas a la muralla, lo que hizo que
ésta desapareciera paulatinamente de la vista. La muralla quedó emparedada entre las
casas construidas a ambos lados de ella. En la actualidad la muralla cristiana
puede visitarse en los números 10 y 20 de la Cava Baja.
Cuando se urbanizó el antiguo foso
tomó el nombre de Cava Baja de San Francisco por conducir al cercano convento
de San Francisco (hoy iglesia de San Francisco el Grande). La Cava Alta (de San
Francisco igualmente) jamás fue un foso y tomó este nombre de Alta por su
situación topográfica algo más elevada. Con el tiempo ambas cavas perdieron el
calificativo de San Francisco y pasaron a ser conocidas simplemente como Cava
Alta y Cava Baja. Ésta última es cava famosa por sus mesones.
Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Fecha de la publicación:
Octubre 2010 - 13.95 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
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