¿Quién
no ha visto esas pegatinas pequeñitas pegadas en el portal, en la parte
inferior de los cierres metálicos de los comercios o en los buzones que recogen
la publicidad en los inmuebles? A nada que nos fijemos las vemos por doquier,
diminutas y apelotonadas.
Son los
lugares estratégicos, siempre cerca de una cerradura, porque esas mini
pegatinas son de cerrajeros que se aprovechan de la urgencia de tener que abrir
una cerradura de alguien que ser ha dejado olvidada la llave. Y, de paso, se
aprovechan para cobrar el “oro y el moro”.
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