Madrid tuvo en origen una muralla
islámica. En el siglo IX Muhammad I levantó una torre-atalaya en el solar
ocupado hoy por el Palacio Real y mandó construir una muralla que protegiera a
las tropas allí asentadas para la vigilancia. El enclave militar se conocía
como Mayrit, en referencia al arroyo matriz o principal que discurría por la
actual calle de Segovia. La muralla tenía tres puertas de acceso: Puerta de la
Vega, Puerta de Santa María y Puerta de la Sagra (o del campo). De ellas tan
sólo ha quedado en el recuerdo la cuesta de la Vega, que partía de la puerta de
igual nombre.
En el siglo XII la ciudad de Mayrit,
ya conocida en castellano como Magerit amplió su perímetro con la construcción
de una nueva muralla, ya cristiana con cinco puertas: Puerta de la Vega, Puerta
de Moros, Puerta Cerrada, Puerta de Guadalajara y Puerta de Valnadú de las
cuales, han perdurado en el callejero en dos plazas donde estuvieron
localizadas Puerta de Moros y Puerta Cerrada. Tras estas dos murallas Madrid
tuvo otras tres cercas sucesivamente: la del Arrabal, la de Felipe II y la de Felipe IV. De sus numerosas
puertas han pervivido en el callejero el Postigo de San Martín y la Puerta del
Sol además de las citadas Puerta de Moros y Puerta Cerrada.
Además, se conservan en pie la Puerta
de Alcalá, construida en 1778, la Puerta de Toledo, de 1827 y la Puerta de San
Vicente, réplica de 1995 de la que se construyó en 1775. La Puerta de Hierro,
de 1753, igualmente conservada, no dio jamás acceso a la ciudad sino al coto de
caza Real de El Pardo.
Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Fecha de la publicación:
Octubre 2010 - 13.95 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
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