De nuevo, la noticia de las huchas de diseño, para que los
visitantes puedan depositar su donativo correspondiente. Aparte de pagar la
deuda que ha costado el edificio a los madrileños, nada menos que 500 millones
de euros, hay que pagar la limpieza y mantenimiento, otros cinco millones más.
Y nada mejor que para sufragar tanto gasto que pedir “la voluntá” a todos los
que se acercan a CentroCentro.
¡Cuánta razón tiene la autora del artículo, Ana García D’Atri,
concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid, cuando señala que además de
pagar los dos euros por subir a la azotea, las consumiciones en la cafetería,
los destinados a ver exposiciones también «piden al ciudadano que además del
IBI, de la tasa de basuras, del impuesto de circulación, de todos los impuestos
municipales, pague también por la cultura pública que se le ofrece en los
centros culturales municipales y, disfrazándose de monaguillos armados de
cepillo y sermón, que los vecinos llenen una hucha de monedas como si no se le
hubiera cobrado ya por lo que acaban de ver. A los usuarios de la cultura se le
cobra vía impuestos y a través de precios públicos por servicios que antes eran
gratuitos creando así una cultura para los que pueden pagar y un desierto de
ignorancia para el resto».
El artículo, publicado en El País no tiene desperdicio, os
lo aseguro.
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