En 1922
Alfonso XIII concedió permiso a los judíos para poder enterrar a sus muertos
según sus propios ritos en una zona situada junto al cementerio de la Almudena.
El recinto es pequeño, de ahí que en los años 70 la comunidad judía compró un
terreno en Hoyo de Manzanares donde se llevan a cabo los enterramientos.
En
Madrid la comunidad judía es muy pequeña y, en general, los españoles
desconocen las costumbres hebreas. En 2010 hice unas fotos de este cementerio.
A la gente les llama la atención unas pilas que hay a la entrada. Son para los
rituales de lavado previo y posentierro. Los judíos no ponen flores sobre las
tumbas, ponen unas piedras, cada una de ellas simboliza la visita de un
familiar o amigo. Además, las flores se marchitan, las piedras no. Y siembre
entierran a sus muertos orientados a Jerusalén.
Comentarios
Publicar un comentario