En 1963
el Cine Doré proyectó la última sesión y echó el telón definitivamente,
cayendo, lentamente en el olvido y la degradación. Afortunadamente, la
Filmoteca Nacional lo rescató y rehabilitó para sede propia en 1989 y hoy, 25
años después, luce como el primer día, los mismos años que lleva Juan Carlos
Sánchez desde que llegó como operador de cabina en este mítico cine y que, en
un espléndido reportaje cuenta en qué consiste su trabajo. También su gerente,
Antonio Santamarina, nos habla de la evolución del cinematógrafo en estos
últimos años.
Y,
tirando del Diccionario enciclopédico de Madrid (de una servidora) añadimos
unos apuntes más:
«Construido por Críspulo Moro Cabeza, fue uno de los
primeros cines que abrió sus puertas en Madrid. Ocupa el solar donde en 1900
existió una barraca de cinematógrafo. Es de estilo modernista y una de las
escasas construcciones del modernismo madrileño. El cine empezó llamándose
Do-Re, uniéndose después las dos palabras y quedando Doré. De hecho, en la
fachada, se sigue leyendo el nombre separado. Era un cine de sesión continua,
su horario era de tres de la tarde a dos de la madrugada. Debajo de la pantalla
había un piano que amenizaba las entradas y los descansos. Fue conocido también
en sus buenos tiempos como "el palacio de las pipas". Cerró
definitivamente en 1963 y en 1982 el Ayuntamiento lo compró a una sociedad y lo
destinó a sede de la Filmoteca Nacional», página 159.
(Aprovechamos para informar que en imprenta está ya la nueva
edición de este diccionario, corregida y actualizada, en formato cuadrado con
tapa blanda, mucho más manejable, con fotografías en blanco y negro y, sobre
todo, más barato).
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