A principios de 1995 llegaron al
Rastro unas nuevas vecinas: Se trataba de una pareja de cigüeñas que fijaron su
residencia nada menos que en lo más alto de la chimenea de la antigua fábrica
de Gas (en la Ronda
de Toledo). Allí, a 14
metros de altura, anidó esta pareja, vecinas por tanto
del Rastro madrileño. Fueron las primeras y únicas cigüeñas que habitaron en el
centro de Madrid desde hace muchos, muchos años.
Hay que decir que otra pareja
igualmente de cigüeñas anidaba en lo alto de la iglesia -como es lo acostumbrado-
de Vallecas, el hecho de que este barrio esté apartado del centro de Madrid
facilita a estas aves su integración en la ciudad. Sin embargo, las cigüeñas
del Rastro, se hallaban en pleno centro de la ciudad, de ahí que Madrid
recuperara por un año la costumbre perdida de dar alojamiento a estas bellas
aves que a punto han estado de extinguirse.
Del libro
“Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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