Carlos III se preocupó del
embellecimiento de las entradas a Madrid que daban al río Manzanares creando un
trazado espectacular de paseos arbolados, amplios y rectos, con un entrecruzado
geométrico. Estos paseos partían de las puertas de Atocha, Toledo y Segovia con
dirección al Manzanares y con nombres como Imperial, Pontones, Ocho Hilos (hoy
prolongación de la calle de Toledo), Acacias, Olmos, Delicias, Santa María de
la Cabeza y Chopera.
Al final del paseo de los Ocho Hilos
se construyó una plaza que se denominó glorieta del Puente de Toledo. En 1831
se decoró con dos obeliscos gemelos de piedra granítica realizados en 1831 por
Francisco Javier Mariátegui. Desde entonces la plaza recibió el nombre de
glorieta de las Pirámides.
Del libro “Los
porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. ___ edición. ___ €.
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