El arrinconado, incompleto y olvidado
palacio de Altamira pudo ser uno de los más bellos de Madrid, de no haber sido
por Carlos IV, que impidió que Ventura Rodríguez, el arquitecto, construyera
toda la obra proyectada para evitar que el edificio pudiera competir con el
mismo Palacio Real, ¡hasta ahí podíamos llegar! Dijo el rey.
Lo poco que se
pudo construir apenas sirve para dar una idea de lo que pudo ser y no fue.
Durante muchos años el palacio ha permanecido triste, sucio y abandonado detrás
de la Gran Vía,
asomándose un poco en la esquina de la calle Flor Alta. A la hora de actualizar
esta nueva edición el palacio ha sido restaurado y destinado a escuela de
diseño. * (Ver palacio de Altamira).
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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