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La invariable Puerta del Sol





Comparen la descripción que dio el escritor italiano Edmundo D'Amicis sobre la Puerta del Sol en el último tercio del siglo XIX con la actualidad. 

Copio textualmente porque el panorama presentado por el escritor no tiene desperdicio: 

«Por las aceras, que son tan anchas, que podrían pasar por ellas cuatro coches de frente, es necesario abrirse paso a la fuerza. En el espacio que abarca una losa veréis un guardia civil, un vendedor de fósforos, un corredor, un pobre, un soldado, todos formando un haz. Y pasan grupos de escolares, criados, generales, ministros, gente del pueblo, "toreros", damas; pobres vergonzantes que os piden limosna al oído para que nadie les vea, "Celestinas" que os miran con ojos maliciosos, sombreros que saludan, sonrisas, apretones de manos, frases alegres, voces de "fuera" a los mozos de cuerda, o a los taberneros que atropellan con el barril a cuestas, gritos de vendedores de periódicos y de aguadores, campanilleo de diligencias, toses de viejo, ruido de sables, punteos de guitarras y cantares de ciego. Luego pasan los regimientos con sus músicas, el Rey después; más tarde se riega la plaza con inmensos chorros de agua que se cruzan en el aire y llegan los fijadores de los avisos teatrales, y los vendedores de "suplementos", y sale un ejército de empleados del Ministerio, y vuelven a pasar las bandas, se iluminan las tiendas, la muchedumbre se hace más compacta, se multiplican los codazos y crece el vocerío, el estrépito y la algaraza (...) una hora pasada allí basta para conocer de vista, en sus varios aspectos, el pueblo de Madrid».

Con razón decía Gómez de la Serna que «siempre, si la boda o bautizo no pasaban por la Puerta del Sol, ni la boda había sido boda como Dios manda, ni el bautizo, bautizo». Pues la Puerta del Sol de hoy nada tiene que envidiar en bullicio, ajetreo, aglomeración...



Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.

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