Felipe IV murió en un día muy
inoportuno, que por supuesto no escogió. Lo hizo el 1 de mayo de 1665. Por
aquellas fechas, el primero de mayo no era la festividad de San José Obrero ni
el día del Trabajo, como en la actualidad. El primero de mayo era la fiesta de
San Felipe y Santiago, celebrándose en dicho día la llamada romería de Santiago
el Verde.
Hoy en su lugar, lo que se celebran son las manifestaciones de
trabajadores, promovidas por las centrales sindicales, que en nada se parecen a
una tranquila romería. Entonces se iba a una zona cercana a la Puerta de Toledo y se
comía, se bailaba y se cantaba. Hoy, ni se come, ni se baila ni se canta, pero
sí se grita con fuerza contra el Gobierno. Digamos que es otro tipo de
desahogo. De la romería a la manifestación hay un enorme cambio.
Volviendo a
Santiago el Verde, se llamaba así porque el primero de mayo era el día en que
verdean los árboles y se celebraba en el Sotillo, que como ya se dijo
anteriormente, estuvo en el lugar donde hoy se levanta el puente del tren
Madrid-Alicante sobre el río Manzanares. Cuando el rey murió tal día de 1665,
se trasladó la romería al 15 de mayo, perdiéndose así la romería de Santiago el
Verde e inaugurándose la de San Isidro.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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