Madrid no ha destacado
-desgraciadamente- nunca por su limpieza. Sus calles siempre han sido el lugar
ideal de los madrileños para tirar todo tipo de inmundicias, desperdicios y
basuras.
Los famosos bandos del alcalde Tierno Galván llamando a los vecinos al
cuidado y limpieza de las calles, no obtenían el éxito deseado.
A finales de
los ochenta, el diario YA publicó
que, diariamente, se recogían en las calles del distrito Centro (¡Ojo! un sólo
distrito frente a los veintiuno que hay en total) una media de 1.440.000
colillas de cigarrillos, 2.280 kilos de papel, 4.320 kilos de objetos metálicos
tales como botes de cervezas, latas, etc.., además de 1.500 kilos de vidrios,
7.400 jeringuillas, y hasta ¡120.000 compresas! ¡Esto último sí que resulta
increíble de verdad! También se recogían a diario butacas, sillas, colchones,
mesas, camas,... en fin, para qué seguir, la lista sería interminable.
Ya dijo
Tierno Galván en uno de sus bandos que, en nuestra ciudad, sucede algo tan
curioso e insólito como el que «una parte considerable de los vecinos tiran papeles
y objetos menudos al suelo y el Ayuntamiento paga a otros vecinos para que los
recojan. De seguir en incremento esta sorprendente conducta, pudiera ocurrir
que la mitad de los vecinos arrojasen papeles y otros objetos a la vía pública y la otra mitad los recogiesen».
Afortunadamente, los madrileños
estamos aprendiendo a cuidar nuestra ciudad y las calles de Madrid yo no
aparecen “sembradas” como cuando el periódico redactó el artículo.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
Hola Isabel,
ResponderEliminarSiento discrepar de la conclusión. Puedo hablar del barrio Maravillas, para la mayoría Malasaña, y aquí los detritus van en aumento. Centenares lo tiran todo al suelo y sólo cuatro operarios lo limpian. Sólo falta el "¡Agua va...!", aunque a nivel de calle ya lo hacen. No parece que hayamos avanzado mucho en educación.