Al igual que la "regalía de
aposento" obligaba a los habitantes de la villa a alojar en sus casas a
los miembros de la Corte ,
la llamada "servidumbre de espectáculo" imponía a los vecinos de la Plaza Mayor a ceder
sus balcones a la
Mayordomía Real y al Consejo de la Villa los días que se
celebraban corridas de toros, autos de fe o cualquier espectáculo político.
Los
balcones se repartían por precios: una localidad del primer piso valía 12
ducados, 8 el segundo, 6 el tercero y el cuarto y último piso se destinaba a
los menos pudientes.
De esta forma, la Plaza Mayor tenía un "aforo" de hasta
50.000 personas en grandes ocasiones.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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