Y hablando de Goya, este gran pintor
aragonés que supo retratar muy bien el Madrid de su tiempo, murió en 1828,
siendo enterrado tres veces: primero en Burdeos, ciudad donde se exilió y
murió, posteriormente en la
Sacramental de San Isidro y por último, en la ermita de San
Antonio de la Florida ,
tumba que sólo contiene los huesos de su cuerpo, pues en torno al cráneo de
Goya hay cierta leyenda misteriosa.
Según José Valverde Madrid, el pintor pidió
a sus albaceas Ventura y Fierro que, una vez muerto, extrajeran su cráneo y
junto con un pie de la duquesa de Alba, su gran amor hasta la muerte, fueran
enterrados en Madrid, en un lugar desconocido hasta hoy. ¿Que por qué un pie
precisamente? Debía ser que Goya consideraba muy hermosos los pies de la
duquesa.
Lo cierto es que en 1880 su cuerpo fue trasladado a Madrid, al
cementerio de San Isidro y en 1919
a la ermita de San Antonio de la Florida.
En cuanto a la duquesa de Alba, que murió
veintiséis años antes que Goya, fue enterrada en la iglesia del Noviciado de los
Jesuitas, situada en la calle San Bernardo. Se dice, que en su sepulcro, Goya
pintó unos frescos en los que aparecían unos hombres encapuchados que
transportaban el cuerpo de la duquesa, y que dicho cuerpo recordaba a las
"majas" pintadas también por Goya.
Cuando se derribó la iglesia los
frescos desaparecieron. Derribado también el Noviciado, del que sólo se
conservan las paredes laterales, se construyó en su lugar la Universidad de San
Bernardo, primera sede de la
Asamblea de Madrid hasta su traslado a Vallecas.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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