En el lugar que hoy se levanta el
bello palacio del BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria), antigua residencia
del marqués de Salamanca, estuvo primeramente el convento de agustinos
recoletos que dio nombre al paseo de Recoletos. El convento fue fundado por
doña Eufrasia de Guzmán en 1592 y el edificio se terminó de construir en 1620.
La anécdota de este convento la
constituía una calavera, la del escritor y diplomático Diego Saavedra Fajardo,
curioso hombre que, habiéndose doctorado en jurisprudencia, ejerció como
embajador ante la Santa
Sede , lo que le valió una canonjía en Santiago de Compostela,
cargo que no llegó a ocupar porque ni siquiera fue ordenado sacerdote. Fue más
conocido por los libros que escribió en sus ratos libres.
Pues bien, volviendo
a su calavera, los agustinos la utilizaban en los catafalcos de los entierros
hasta que el convento fue derribado.
Mas, lo curioso de este convento no
termina aquí.
Los agustinos habían recibido como donación una hacienda en el
antiguo pueblo de Canillas y el vino que de aquí obtenían, lo vendían en una
bodega del convento, bodega que con el tiempo llegó a ser muy famosa. * (Ver
convento de Recoletos).
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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