El primer servicio contra incendios
se fundó en 1577.
El Ayuntamiento tuvo que comprar todo el material consistente
en veinticuatro cubetas de acero, doce aguatochos grandes, seis maromas
delgadas, seis garfios con picas largas, seis carros con seis cubetas de
treinta cántaros, que debían estar llenas de agua siempre y dos escaleras de
veinticuatro peldaños cada una divididas en tres trozos encajables.
Una vez al
año era obligatorio realizar un simulacro, cosa que se mantiene en nuestros
días.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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