El primer automóvil que vio Madrid
fue el que cruzó la Puerta
del Sol en 1898 conducido por el conde de Peñalver desde París.
Como en los
siguientes años los coches se fueron haciendo cada vez más numerosos, fue
preciso que se aprobara el 12 de junio de 1903 el primer código de circulación,
el llamado Reglamento para la Circulación de
Automóviles.
Los coches circularon sin matricular hasta el 19 de agosto de
1907, fecha histórica para Madrid, aunque desconocida. En este día fue matriculado,
con el número 1, el primer automóvil de la Villa y Corte.
En aquel histórico año, el ilustre Ramón y Cajal
contaba 75 años, Benito Pérez Galdós 64, Unamuno 43, Antonio Machado 32,
Alfonso XIII 21 y García Lorca, uno de los más jóvenes, tenía tan sólo 9 años
y, probablemente, el nuevo artilugio, le preocuparía muy poco. A saber lo que
pensarían los grandes de la generación del 98 sobre el invento que andaba sin
caballos.
El impacto del coche fue muy grande,
no es de extrañar por tanto que el artículo 14 del citado reglamento dijese
textualmente que «siempre que los conductores observen que se produce espanto
en las caballerías, ya sea por la vista del automóvil o por el ruido que
produce, están obligados en absoluto a parar el carruaje, evitando en lo
posible el ruido, y sólo podrán emprender la marcha después que hayan pasado
las caballerías».
Tres años y medio después de matricularse el primer coche, en
Madrid había ya 1.031 automóviles, 6.084 en 1929,... y así hasta sobrepasar el
millón de vehículos que hay en la actualidad.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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