Y para terminar, lo hacemos en el
kilómetro 0, en la Puerta del Sol. En junio de 2009, tras siete años de obras,
se inauguró el nuevo intercambiador de transportes que conecta con la estación
de cercanías de Sol. La denominada “caverna” subterránea es la más grande del
mundo construida para andenes, con un vestíbulo 30 metros de altura, el
equivalente aun edificio de nueve pisos, y 3.000 m2.
Las obras sacaron a la luz los restos
de los cimientos de la derribada iglesia del Buen Suceso. Éstos se cortaron en
trozos y se colocaron en el vestíbulo de la estación, ocho bloques de nueve
toneladas de peso cada uno y dispuestos
en forma de “L” para facilitar su visión. Se situaron lo más cerca posible de
su ubicación original, debajo del edificio del Tío Pepe. Además, en el interior
de la estación se construyó una réplica del reloj de la Puerta del Sol.
La entrada a la “macroestación” luce
una cubierta de hierro y cristal que refleja en las fachadas, compuesta por dos
cúpulas de diferentes tamaños y que los madrileños no tardarán mucho en
buscarle un calificativo: ¿iglú? ¿oruga? ¿ballena?, sólo es cuestión de tiempo.
Las cúpulas son obra del arquitecto Antonio Fernández Alba quien asegura que a
los madrileños les cuesta aceptar las novedades arquitectónicas.
Pasados unos años será difícil
imaginar la Puerta del Sol sin la marquesina.
Del libro “Los
porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Fecha de la publicación:
Octubre 2010 - 13.95 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
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