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El largo letargo de los pasajes comerciales





Buenos y nublados días desde mi Madrid del alma :)

Tenemos nubes de “panza de burra” como se suele decir que, en cualquier momento, descargarán en forma de gotas otoñales. Según los datos de la Aemet a las 13 horas, tenemos 16º de temperatura, 80% de humedad y viento del Norte de 5km/h con rachas que pueden llegar a los 14 km/h. Así que cuidado con los paraguas y sus vueltas del revés.

La puesta del Sol será a las 19,22 horas y el ascenso y descenso de la Luna decreciente a las 00,26 y 14,45 horas, respectivamente.

Felicitamos hoy a los Titos, Amandos, Basilios y Evaristos y que tengan un buen día todos.

Vamos con el resumen de la prensa sabatino y abrimos con una noticia nostálgica:

Los pasajes comerciales nacieron a mediados del siglo XIX a imitación de los parisinos. Se construyeron en los alrededores de la Puerta del Sol. Comercios de lujo y cafés se instalaron en ellos a los que acudían los madrileños, ya fuera a mirar escaparates y comprar o a sentarse a debatir ‑airadamente las más de las veces- temas políticos en torno a las mesas de sus cafés. Hoy, los pocos que subsisten, con la mayoría de los locales, cerrados, permanecen solitarios y olvidados, Ni siquiera cumplen ya el fin de facilitar el tránsito entre dos calles como atajo.

En el Pasaje del arte, en la calle Fuencarral, tan solo perdura la Joyería Monge. En la calle de Carretas hay dos pasajes, en uno de los cuales se halla una librería de viejo y en el otro, la Tienda del Espía. El Pasaje de Matheu, detrás de la Puerta del Sol, hoy descubierto, está ocupado por completo por las terrazas donde los turistas comen “auténtica” paella. Y el Pasaje de Arenal, en su primer piso, se encuentra el Museo del Ratoncito Pérez.

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