Villaverde parece ser que fue fundado
en tiempos de la conquista de Madrid.
Cuando en el siglo XI, los caballeros de
la orden de Santiago, al mando de Alfonso VI, conquistaron Madrid, el rey les
concedió unas tierras en agradecimiento a la ayuda prestada. Estas tierras
estaban situadas junto al río Manzanares, aproximadamente a la altura del puente de la carretera de
Villaverde a Vallecas que cruza el río.
De esta forma se evitaba que las
tierras reconquistadas y despobladas fueran ocupadas de nuevo por los
musulmanes.
Con el tiempo, el núcleo de población se llamó Vado de Santiago el
Verde, tomando el nombre de la cercana ermita de Santiago el Verde, que estuvo
en el lugar donde hoy se levanta el puente del tren Madrid-Alicante sobre el
río.
Pasado un tiempo, los vecinos tuvieron que alejarse de la zona debido a la
humedad e insalubridad de tierras y vegas provocados por el Manzanares y se
establecieron en un lugar menos húmedo que hoy forma parte del casco antiguo Villaverde.
El primitivo emplazamiento siguió llamándose Vado de Santiago el Verde, aunque
también se le conocía por Aledaños, para diferenciarlo del nuevo lugar,
bautizado Villaverde, no se sabe si por el verdor de sus tierras (cosa difícil
de imaginar hoy) o en recuerdo del antiguo lugar de Santiago el Verde.
En la
actualidad, de aquella villa verde no queda absolutamente nada, pues pasó a
formar parte del cinturón industrial de Madrid, industrias que van
despareciendo poco a poco con su traslado fuera de Madrid. * (Ver anexiones).
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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