Y hablando de pastas, ¿han probado
alguna vez las que hacen las monjas de Madrid?
Hay dos conventos que las
preparan con mucho primor.
En el convento de la Visitación , más
conocido por las Salesas, de la calle de San Bernardo, 72, las monjas preparan
una selección de pastas y dulces a cual mejor y que venden en la propia
portería.
Yo recomiendo las denominadas pastas de santa Eulalia que están
exquisitas.
Las llevan preparando desde hace unos treinta años y se llaman así
por la hermana cocinera que decidió bautizarlas con su propio nombre.
Pero
además también venden pastas de té, cocos, mantecados y plum cake.
Y en el convento de las monjas
jerónimas, más conocidas por las “carboneras”, de la plaza del Conde de
Miranda, 3, las hermanas decidieron en 1978 cambiar la aguja e hilo por la
repostería, que resultaba ser más lucrativo.
Y así, de las primitivas pastas de
té, galletas y sequillos ampliaron las variedades hasta un total de once:
mantecados de Jerez, nevaditos, Fray Escobas, naranjines, mantecados de yema,
cocos, pastas de almendra y tocinitos de cielo. En diciembre también hacen
polvorones.
Y para los muy golosos, apunten una
dirección:
El Torno, repostería de clausura, en Joaquín María López, 28. En
este lugar, abierto en 1995, se venden todo tipo de dulces y postres realizados
artesanalmente en los conventos de España: miel, mermelada, pastas, bombones,
compotas, etc. No apto para diabéticos y los amigos de guardar la línea.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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