El magnífico libro que ha publicado Enrique F. Rojo sobre la Prospe, autor también como todos (o casi) todos sabéis del blog Urban Idade, narra cómo ha evolucionado este barrio que comenzó siendo un arrabal obrero en el extrarradio hasta llegar a los que es hoy: un barrio residencial y crisol multicultural pues, a la población envejecida que era la mayoritaria se le ha sumado comunidades de dominicanos, chinos, peruanos..
Cuando yo vivía en la calle Canillas, a la hora de la compra me juntaba con varias amas de casa mayores (y que sé que ya han muerto todas) a las que yo llamaba cariñosamente "mi frente de juventudes". Hacíamos la compra en el súper de la calle Cartagena, comprábamos el pan en la panadería, esta regentada por tres hermanas, hijas del famoso lechero el "señor Colás" (Nicolás), en la calle Quintiliano, la carne en la carnicería de Julián Martín, en la propia calle Canillas, las medicinas en la farmacia de Pilar Esteso, también en Canillas y las fotocopias las hacíamos en Raycopy, en Padre Jesús Ordóñez esquina a Canillas, y en cada uno de los establecimientos charlábamos un rato con el vendedor de turno... ¡qué preciosos recuerdos de 18 años viviendo en la Prospe! :).
Por cierto, la alcaldesa Ana Botella, para celebrarlo inauguró ayer la escultura del Oso y el Madroño que estaba frente al extinto Museo de la Ciudad, y trasladada a la plaza de Prosperidad.
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