En algún lugar de la plaza de Isabel
II estuvo la llamada Puerta de Balnadú, una de las cuatro puertas de salida de
la muralla cristiana que rodeaba la ciudad.
El origen de tan curioso nombre es
desconocido, aunque no faltan las teorías que tratan de dar una explicación.
Según la tradición, su origen está en la palabra árabe Bab l-Nadur, que
significa puerta de las Atalayas.
Según Jerónimo de Quintana, el nombre debía
ser latino y que con el tiempo perdió dos letras, la e y la o, siendo el nombre
Balneaduo, que significa Puerta de los Baños, refiriéndose a los que estuvieron
situados donde hoy está el Teatro Real.
Sáinz de Robles apunta que puede
significar "la que da al valle".
Y Gómez Iglesias dice que se
escribía con v.
De la puerta no queda absolutamente
nada, ni siquiera su localización exacta debido a que no figura en ningún plano
antiguo.
La creencia generalizada es que se hallaba cerca de la plaza de Isabel
II.
Sin embargo, Gómez Iglesias afina más y la sitúa concretamente en el lugar
donde está la boca de metro de Ópera.
Una placa en la calle de Vergara esquina
a la Unión
recuerda que en las cercanías estuvo la puerta de Balnadú.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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