¿Se acuerdan del monumento de cartón
y papel de plata dedicado a Daoíz y Velarde y cuyo relato apareció en un
volumen anterior?
Pues esto que voy a relatar a continuación es algo similar,
también para cumplir con una fecha de inauguración.
Alberto Aguilera -alcalde
de Madrid- tuvo la idea de conmemorar la coronación de Alfonso XIII con varias
estatuas dedicadas a escritores y pintores. Llegó el día de la inauguración, el
4 de mayo de 1908 y se colocó en la glorieta de San Bernardo la estatua de Lope
de Vega.
Lo malo fue que para cumplir con el calendario se puso una escultura
que a las primeras lluvias otoñales comenzó a deshacerse pues era nada menos
que de ¡escayola pintada de color bronce! La verdadera, obra de Benlliure, fue
colocada el 10 de noviembre del mismo año. Hoy podemos admirarla en la plaza de
la Encarnación.
Del libro
“Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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