Doña Laura, fue una de las numerosas
amantes del rey Felipe IV.
Vivía en Puerta Cerrada y sus encuentros secretos
con el rey fueron descubiertos por un teniente corregidor que, además,
descubrió que la dama tenía detrás de la cortina del dormitorio, nada menos que
un retrato al natural del rey.
Cuando lo vio, se retiró, no sin antes excusarse
comentando: «Muy parecido está. Dios guarde su real persona».
Del libro
“Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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