Cuando llegaban las lluvias, los
portales de la Puerta
del Sol se cerraban para evitar que se inundaran, porque la plaza se convertía
en un gran lago.
Para poder cruzar semejante charco surgieron los mozos de
cuerda, quienes por poco dinero, tiraban de los pontones de ruedas, cruzando a
la gente de un extremo a otro de la plaza.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
Comentarios
Publicar un comentario