Para aquéllos interesados en el tema
heroico del dos de mayo diré que hay un pequeño y desconocido cementerio, el
llamado Cementerio de la
Florida. Aquí están sepultados los restos de las personas
fusiladas en la montaña del Príncipe Pío en la madrugada del 3 de mayo de 1808.
Aquella noche los franceses fusilaron a cuarenta y cuatro personas pero,
milagrosamente, uno de ellos consiguió salvarse tirándose al suelo en el
preciso momento en que los soldados franceses comenzaban a disparar, dejándose
rodar por la pendiente, según su propia declaración que consta en el Archivo
Municipal.
Sólo se conocen los nombres de diecinueve, entre ellos Rafael
Canedo, caudillo popular que luchó contra los mamelucos en la Puerta del Sol y el
sacerdote Francisco Gallego Dávila, fusilado por orden expresa de Murat.
Además, están enterrados Clara del Rey y Esteban Santirso, que murieron
luchando en el cuartel de Monteleón.
El historiador Juan Carlos Montón, en su
libro La revolución armada del dos de
mayo en Madrid cuenta que en la madrugada del 3 de mayo fueron fusiladas -a
la luz de un farol en el suelo- cuarenta y tres personas con tres descargas y
que los moribundos fueron rematados con pistola o a golpe de bayoneta.
El
cementerio, situado junto a las vías de la estación del Norte y detrás de la
ermita de San Antonio de la
Florida, permaneció cerrado durante muchos años hasta que fue
abierto de nuevo al público el 2 de mayo de 1981, pudiendo ser visitado cada 2
de mayo. En él sólo hay unos jardines y una pequeña cripta que contiene los
restos de cuarenta y tres de los muchos ciudadanos que murieron defendiendo
Madrid del asalto de las tropas de Napoleón.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
Comentarios
Publicar un comentario