La construcción del Hotel Ritz a
principios del siglo XX, supuso dotar a la ciudad del mejor y más completo
hotel de lujo.
Pero también supuso la desaparición del único Teatro de Guiñol
que estuvo instalado en este mismo lugar.
El teatro tenía colgada a la entrada
una campanita que avisaba el comienzo de cada función, que duraba entre quince
y veinte minutos.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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