Un despiste, el de Marquet, el
arquitecto que, al construir en 1778 el edificio del reloj de la Puerta del Sol, se le
olvidó hacer la escalera, por lo que tuvo que ser colocada posteriormente en el
interior del patio.
¿Verdad que si no lo cuento no lo notan?
Esto es lo que se
dice por aquello de que el arquitecto era francés y ya se sabe lo que los
españoles sienten por los franceses.
Lo cierto es que a Marquet no se le olvidó
poner la escalera, es que a última hora se le exigió que dedicara la parte
derecha a Cuerpo de Guardia, por este motivo tuvo que reducir el tamaño de la
escalera, lo que le confiere ese aspecto de raquítica en comparación con el
tamaño del edificio.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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