Y para apariciones las que se
congregan en la Casa
de Campo, en el llamado Cerro de Garabitas.
Cuenta Antonio José Alés en el
diario El Mundo que las almas de los
que han vivido y muerto en Madrid se concentran en este lugar tras el
fallecimiento y durante la madrugada emigran al más allá.
Muy pocos son los que
han podido ver este fenómeno consistente en una especie de nube de color
violácea y que se eleva lentamente hacia el infinito.
Momentos antes se pueden
ver unas pequeñas lucecillas, correspondientes cada una de ellas a un alma, que
vagan entre las ramas de los árboles, como intentando aferrarse a este Madrid,
como no queriendo marcharse.
Por eso hay quien dice que la frase "de
Madrid al cielo" tiene su origen en esta leyenda.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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