¡Qué tiempos! y no tan lejanos, en que se servía la leche
recién ordeñada.
Para eso estaban las vaquerías que tristemente ‑por razones
higiénicas- desaparecieron en 1965, cuando se prohibió la venta de leche fresca.
A partir de entonces la leche debía pasar por centros higienizadores antes de
llegar al consumidor.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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