Recuerdo con cariño y nostalgia un bar ya desaparecido,
el Metropolitano. Situado en la glorieta de Cuatro Caminos, no llegó nunca a la
categoría de café.
Se abrió en 1919, al poco tiempo de ser inaugurada la
primera línea de metro (Sol-Cuatro Caminos). Sus dueños fueron tres camareros y
un cocinero del Café Levante, que en los primeros meses simultanearon el
trabajo en ambos establecimientos.
Esto no duró mucho tiempo porque como los
ingresos no superaban las sesenta pesetas diarias, tres de los socios se
marcharon al ver que el negocio no prosperaba, quedando tan sólo un
propietario, padre del último dueño. Este último dueño vendió el bar a
principios de los años ochenta a una pizzería con sala de juegos electrónicos.
Cuando se abrió el bar, el local era muy pequeño, cabían
siete mesas justas. En sucesivas reformas se fue ampliando hasta llegar a tener
cuatro salones y una tertulia en el piso superior.
En un principio se llamó Bar
Metro, por la recién inaugurada línea, pero al poco tiempo apareció en la misma
glorieta otro bar con el mismo nombre, que ganó el pleito puesto por el primer
Bar Metro, obligándole a éste a cambiar el nombre por el de Bar Metropolitano.
Por desgracia, en 1981, desapareció el bar donde pasábamos tan buenos ratos
gran número de universitarios al término de las clases.
La fachada del edificio
se ha respetado pero su local fue ocupado como ya dije por una pizzería y una
sala de juegos electrónicos.
En la actualidad es un Foster´s Hollywood.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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