Hasta los años cuarenta, los cafés proliferaron por todo
Madrid.
Nombres como Pombo, Lorencini, Levante, Prado, Fontana de Oro,
Molinero, La Nueva
Montaña , Gato Negro, París, Alhambra, Fornos, Comercial,
Lyon, y un largo etcétera.
Los primeros aparecieron en la primera mitad del
siglo XIX sustituyendo a las antiguas botillerías.
Se situaron en torno a la
plaza de Santa Ana, por su proximidad al teatro Español, en aquel entonces el
teatro más importante de Madrid.
Estos cafés fueron el Príncipe, Venecia,
Sólito y Moreno, todos ellos a muy poca distancia unos de otros, favoreciendo
el poder pasar de uno a otro sin tener que andar demasiado. Larra, Zorrilla y
Espronceda fueron sus primeros contertulios.
Con los años, los cafés fueron multiplicándose por todo
Madrid. Los había para todos los gustos.
Así, al café de San Sebastián, de la
calle de Atocha, acudían a reunirse sobre todo médicos, Ramón y Cajal entre
ellos. Al Universal, en Alcalá, iban progresistas y republicanos. El café
Iberia, en la Carrera
de San Jerónimo, era frecuentado también por progresistas además de amigos de
Madoz, Fernández de los Ríos y Sagasta. Los extranjeros se reunían en el Café
de la Alegría, en la calle de Atocha y los Guardias de Corps acudían al San
Luis, situado en el pasaje del Comercio.
El Café de la Nicolasa , situado en la
plaza de Santa Ana, también conocido como el "café de los gorros",
era el preferido de los patriotas más exaltados y el del Pombo, donde Gómez de la Serna tenía una tertulia
semanal, era conocido también como el "café de los cagones" porque su
especialidad eran los sorbetes de arroz, con los cuales, se evitaban o curaban
las famosas diarreas de verano.
Por último, los habitantes de los barrios bajos
también tenían su lugar de reunión en el Café del Pilar, situado en la plaza de
Puerta de Moros.
Y esto no es más que una pequeña muestra del gran número de
cafés que hubo por todo Madrid, de los cuales quedan el Comercial, el Central y
el Gijón como testigos mudos de un pasado no tan remoto como pudiera parecer.
El Lyon, incluido en esta lista ya no existe, desapareció en los años noventa
del siglo XX.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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