Sigamos un poco más en la Plaza Mayor.
Antaño,
muy antaño, sus soportales estuvieron repartidos en sedas, hilos, quincallas,
paños y cañameros.
El reparto se hacía de la siguiente manera:
La acera norte
se destinó a sedas, la sur a cáñamos, la este a hilos y quincallas y la oeste a
paños.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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