En los primeros años de la década de
los treinta del siglo XX, existió un proyecto, que no llegó a realizarse, de
construir una estación de autogiros, como entonces se decía, en la céntrica
plaza de Colón.
Según el proyecto, tendría una terraza para aterrizajes de
veinte mil metros cuadrados. De haberse llevado a cabo, el asombro de Colón
desde su pedestal habría sido tan grande como cuando contempló que las torres
de su mismo nombre, se construían empezando por el tejado y descolgando los
pisos, uno a uno, hasta llegar al portal.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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