Su origen fueron unas tierras
sembradas de cebada ligadas a unas memorias y obras fundadas en los siglos XVII
y XVIII.
Se hallaban a la entrada del pueblo de Carabanchel que, tras pasar por
varios propietarios fueron fue adquiridas por Pablo Cabrero que construyó un
edificio donde instaló una venta rodeada de jardines para recreo público.
Bautizó
la quinta como Vista Alegre siendo inaugurada en 1825. La quinta de recreo, que
contaba con fonda, café, botillería, columpios, jardines, baños, habitaciones
reservadas y baile, no tuvo éxito y, siete años más tarde, Cabrero se la vendió
a la reina María Cristina, viuda de Fernando VII.
La reina amplió la quinta con la adquisición de varios terrenos, la ajardinó, mandó acondicionar el llamado palacio viejo, donde había estado la fonda y posteriormente ordenó la construcción del palacio Nuevo.
En 1859 fue adquirida por el marqués de Salamanca y sus herederos la vendieron en 1886 al Estado con la condición de que fuera dedicada a funciones de beneficencia en las que se instalaron diversas instalaciones hospitalarios fundamentalmente.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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