La primitiva iglesia del Buen Suceso,
situada en la Puerta
del Sol (en 1868 se trasladó a la calle de la Princesa), era la única
en todo Madrid que, en el siglo XVII, daba una misa a las dos de la tarde.
Hay
varias teorías sobre esta hora que tan extraña resultaba entonces.
Una dice que
fue por orden de Mariana de Neoburgo, segunda esposa de Carlos II, para poder
así oír misa después de su paseo matinal. Otra explica que dicha hora era para
facilitar a los enfermos o personas achacosas la asistencia a misa en horas no
tan tempranas. No podía faltar la leyenda, según la cual, esta misa se debía al
arrepentimiento de una dama que había acusado a su criada de robarle las joyas,
por lo que fue condenada a muerte. Más tarde, encontró las joyas en la torre de
su casa, donde una urraca las había escondido. La dama dejó en su testamento
dinero para que se celebrara una misa diaria, a las dos de la tarde, por el
alma de su criada y por su arrepentimiento.
Hasta nuestros días ha llegado la
costumbre de celebrar misas a las dos de la tarde.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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