Almacenes El Botijo está en el número
35 de la calle Toledo, es establecimiento muy antiguo que en la actualidad
vende productos de droguería, aunque sus comienzos fueron muy distintos.
El
Botijo, que así se llamaba inicialmente la tienda, empezó a funcionar en 1754
en un viejo caserón donde paraban las diligencias procedentes de Getafe,
Leganés y Toledo y que en los días calurosos ofrecía a los pasajeros un botijo
de agua fresca que permanecía colgado en la puerta.
Más tarde, se dedicó a
vender mimbre, aperos de labranza y alfombras, hasta que los cambió por
productos de limpieza, que es lo que vende actualmente.
El local guarda un
antiguo libro de registros donde eran anotados los nuevos que entraban a
trabajar así como su altura y peso.
A los aprendices se les gastaba el primer
día una novatada. Con la excusa de pesarle, el aprendiz era atado y subido a
una romana que, de pronto, se soltaba, justo encima de una trampilla haciendo
caer al asombrado aspirante al sótano, de donde salía por cierto, muy enojado.
Para que se le pasara el enfado le invitaban a tomar un bollo de Arganda con un
poco de vino, y terminaban todos tan amigos.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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