Veamos algunas cosas de unas cuantas
casas.
En la calle Alcalá esquina a General Pardiñas se levanta una casa que
parece estar adornada como si de un árbol de navidad se tratara. Es conocida
como la "casa de[1]
las bolas" y se llamó así porque sus torreones tienen incrustadas unas
bolas de colores, adornos a los que era muy aficionado Julián Marín, su
arquitecto.
El edificio que albergaba el Banco de Crédito Industrial, en la Carrera de San Jerónimo,
40 (hoy dependencias del Congreso de los Diputados), era conocido como la
"casa de la lujuria". Tan lujurioso nombre se debe a las enormes
cariátides desnudas que hay en el último piso de su fachada.
"El
taco", era el Edificio España, porque mientras se estaba construyendo, la
gente no podía menos que soltar alguna exclamación al ver lo alto que era, pues
superaba al de la
Telefónica, siendo el de mayor altura de Madrid y de España
en los años de su construcción.
La "casa de los lagartos", en la
calle de Mejía Lequerica esquina a Hortaleza y San Mateo se llama así por los
reptiles que adornan la cornisa, aunque más que lagartos son salamandras,
puesto que estos animales suelen trepar las paredes y habitar en los tejados.
Por último, la "casa de ¡joder, qué puerta!" era el edificio del
Banco Central-Hispano, situado en la calle Alcalá esquina a Barquillo 1. La expresión venía motivada por las dos
grandes cariátides que flanqueaban una enorme puerta. (Recientemente se ha
destinado a sede del Instituto Cervantes).
Como siempre, los madrileños no se
andaban con rodeos para bautizar con expresiones claras y directas.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
[1] Amón, Santiago:
Conferencia titulada La Gran Vía o el extranjero, en el Centro Cultural
de la Villa, el
22 de junio de 1988, ocho días antes de su fallecimiento en accidente de
helicóptero.
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