Hace años que el Museo del Organillo, en la Carrera de San Francisco, está cerrado porque, por desgracia, no era rentable vivir de la fabricación de este castizo instrumento.
Su dueño, que ya tiene 75 años, alquila los históricos (por su antigüedad) organillos pero cada vez son menos las personas que se lo solicitan. Aun así, en estos días que estamos celebrando las fiestas de la Paloma lo podemos escuchar en el bar Muñiz, en la calle Calatrava, tal como nos lo cuenta Madridiario de hoy :
El organillo sobrevive en el siglo XXI
El tiempo ha hecho mella en la importancia del organillo en las fiestas populares. En estos días festivos, piezas centenarias de coleccionista pueden verse y escucharse en algunos de los espacios más castizos de la ciudad.Madridiario habla con uno de los principales coleccionistas de la capital:
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