Palacio del
duque de Medinaceli, antes del duque de Lerma
Situación: Plaza de Neptuno c/v a la Carrera de San
Jerónimo y al paseo del Prado
Fecha de construcción: Principios del siglo XVII
Fecha de desaparición: Finales del siglo XIX
Su lugar lo ocupa: El Hotel Palace
El palacio, jardines, huertas y dependencias ocupaba una enorme manzana comprendida entre la carrera de San Jerónimo, el paseo del Prado y las calles de Huertas, Jesús, Cervantes, San Agustín y la plaza de las Cortes. Fue mandado construir por el duque de Lerma en la primera década del siglo XVII y heredado posteriormente por los Medinaceli, sus descendientes. Las dependencias eran tan numerosas que el duque de Lerma no necesitaba abastecerse de nada fuera de sus tapias, incluso el pan se elaboraba aquí mismo. Fue incautado por los franceses durante la guerra de la Independencia quienes causaron enormes destrozos. En 1857 se abrió en sus terrenos la prolongación de la calle Lope de Vega al paseo del Prado y a principios del siglo XX las de Cervantes al paseo del Prado y de Jesús a la plaza de las Cortes. El palacio fue derribado en 1910 y en su lugar se levantó el Hotel Palace. Los duques se trasladaron a su nueva residencia del paseo de Recoletos esquina a la plaza de Colón.
Situación: Plaza de Colón esquina a Génova
Autor: Mariano Andrés Avenoza
Fecha de construcción: 1870
Fecha de desaparición: Años sesenta del siglo XX
Su lugar lo ocupa: El Centro Colón
El edificio
había sido construido en 1870 para el duque de Uceda. Luego lo habitó el
marqués de Salamanca y pasó finalmente a la duquesa viuda del duque de
Medinaceli. Este majestuoso palacio constaba de dos plantas y una superior de
buhardillas cubiertas por tejado de pizarra, al estilo francés. Fue construido
por el arquitecto puertorriqueño Mariano Andrés Avenoza en 1870. Se derribó en
los años sesenta del siglo XX y en su solar se construyó en 1970 el denominado
Centro Colón.
"El Madrid
desaparecido". Isabel Gea. Ediciones La Librería. P.V.P.: 15,50€
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Cementerio de la
Patriarcal
Situación: Aproximadamente entre las calles de Joaquín
María López, Vallehermoso, Donoso
Cortés y Magallanes
Fecha de construcción: 1849
Fecha de desaparición: Años 40
Su lugar lo ocupa: El Parque Móvil Ministerial
Se llamó así porque fue creado por el rey consorte Francisco de Asís bajo la jurisdicción del capellán mayor de Palacio, Patriarca de las Indias para los feligreses de la parroquia palatina que no podían ser enterrados en el cementerio de la Florida. Se hallaba contiguo al cementerio de San Ginés y San Luis. Se inauguró en 1849 y aunque fue clausurado en 1884 como el resto de los cementerios de la zona, no fue demolido hasta muchos años después siendo utilizado por los niños del lugar como campo de juegos. Era conocido popularmente como el “campo de las calaveras” porque hasta después de la Guerra Civil, aún se podían ver los desmontes más allá de la calle de Cea Bermúdez con ataúdes rotos y restos humanos desperdigados por la zona. En 1943 el Estado compró gran parte de los terrenos de este cementerio donde construyó en 1952 el Parque Móvil Ministerial de Cea Bermúdez así como los bloques de viviendas para sus funcionarios en la misma calle.
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El camino de
Aceiteros o vereda de los Aceiteros, que de las dos maneras se denominaba...
Parece ser que
el nombre lo debía a que este era el camino que utilizaban los arrieros que
traían el aceite a Madrid. Empezaba en la parte norte de la actual Ciudad
Universitaria (donde están los Colegios Mayores), seguía el trazado de la calle
de Santander y cruzando en diagonal el Parque Móvil Ministerial de Cea Bermúdez
enlazaba con la calle de Magallanes como su prolongación. Esta calle de
Magallanes era conocida popularmente como el "callejón de los
cementerios" porque a lo largo de su recorrido se alzaron en el siglo XIX
las tapias de cuatro cementerios que se construyeron en torno al barrio de
Arapiles: la Sacramental de San Ginés y San Luis, el Cementerio General del
Norte o de la Puerta de Fuencarral, el de la Patriarcal y el de la
Archicofradía de San Martín. Desaparecido la mayor parte del camino.
La Vereda de
Aceiteros comenzaba en la glorieta de Cuatro Caminos, bajaba por el paseo de San Francisco de Sales (se
cruzaba con el camino de Aceiteros a la altura del Canal de Isabel II) y
terminaba en el antiguo paseo de San Bernardino (actual Isaac Peral), frente a
la residencia de profesores. Parece ser que el nombre lo debía a que este era
el camino que utilizaban los arrieros que traían el aceite a Madrid. La vereda
ha quedado enterrada por la parte inicial de la actual avenida de la Reina
Victoria, que se desvía un poco del primitivo trazado. Esta nueva avenida
recibió en un principio el nombre del gran violinista español Pablo Sarasate
(1844-1908) pero enseguida fue bautizada como avenida de la Reina Victoria. En
los años treinta se denominó Pablo Iglesias, recuperando el de Reina Victoria
en 1941, nombre que conserva en la actualidad. La prolongación de la antigua
vereda de Aceiteros se corresponde con el actual paseo de San Francisco de
Sales.
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desaparecido". Isabel Gea. Ediciones La Librería. P.V.P.: 15,50€
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Calle de
Convalecientes de San Bernardo
La actual calle
de San Bernardo ha tenido diferentes nombres: Fuencarral, Noviciado de la
Compañía de Jesús, calle de la Puerta de Fuencarral, calle Baja de Fuencarral, San
Bernardo, Burgos entre otros. En el plano de Texeira figura con el de
Convalecientes de San Bernardo, nombre que derivaba del hospital de
Convalecientes que fundó fray Bernardino de Obregón situado en esta calle
semiesquina a la Gran Vía. El hospital fue sustituido más tarde por el convento
de San Bernardo. Posteriormente la calle se llamó Ancha de San Bernardo o calle
"Ancha", para diferenciarla de la Angosta de San Bernardo (hoy
Aduana), perdiendo el adjetivo de "ancha" en 1865. La parte alta de
la calle, desde Noviciado hacia arriba, también se denominó Burgos por ser el
camino que conducía a Francia pasando por dicha ciudad. El tramo comprendido
entre las glorietas de Ruiz Jiménez y Quevedo se llamó Navas de Tolosa. La
calle también fue conocida por el camino bajo de Fuencarral y popularmente por
la calle "de los palacios", por el gran número de éstos que se
construyeron en el siglo XVIII. Entre 1936 y 1939 la popular calle de San
Bernardo se denominó Francisco Ascaso, famoso anarquista que junto con Buenaventura
Durruti y otros fundó la banda denominada "Los Solidarios",
destacando entre otras acciones el asesinato del arzobispo de Zaragoza en 1923
y el atraco al Banco de España de Gijón.
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Vistillas de San
Francisco
La actual plaza
de Gabriel Miró se llamó en un principio Vistillas de San Francisco por las
hermosas vistas que desde aquí se divisaban y por el cercano convento de
franciscanos. En el plano de Chalmandrier aparece como Vistillas de San
Francisco la parte más cercana a la cuesta de las Vistillas y como plaza del
Arzobispo la que da a las calles de San Buenaventura y Don Pedro. A partir de
1835 pasó a denominarse plaza de las Vistillas. Aunque en la actualidad la
plaza está dedicada a Gabriel Miró
popularmente se la sigue conociendo por la plaza de las Vistillas.
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Quemaderos de la
Inquisición
En Madrid hubo
dos quemaderos de la Inquisición, uno situado a las afueras de la puerta de
Fuencarral, en la actual glorieta de Ruiz Jiménez, entre las calles de San
Bernardo, Alberto Aguilera y Santa Cruz de Marcenado. Desapareció en el primer
tercio del siglo XIX y en su solar se levantó en 1856 el Hospital de la
Princesa. En 1974 Fernando Higueras Díaz y Antonio Miró Valverde construyeron en su solar varios edificios de viviendas militares con
hormigón blanco visto sobre la cual destacan las numerosas plantas colgantes.
Al rebajar la rasante de la antigua ronda de Fuencarral (Alberto Aguilera)
aparecieron restos del quemadero de la Inquisición.
El otro quemadero se hallaba a la entrada de la calle de Serrano y entre ésta y la de Claudio Coello. Debió desaparecer hacia 1734 cuando se construyó en su lugar una plaza de Toros, la de la Puerta de Alcalá. |
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Plaza del
Progreso
En el espacio
triangular que ocupa el actual parque de la plaza de Tirso de Molina estuvo el
convento de la Merced, rodeado por las calles de los Remedios, Merced y Cosme de Médicis. En un principio
las actuales calles de Colegiata, acera norte de la plaza de Tirso de Molina y
Magdalena se conoció con el larguísimo nombre de Calle que va de la Compañía de
Jesús a la plaza de Antón Martín frontero de la Portería de los Carros de la
Santísima Trinidad. Posteriormente desapareció el nombre quedando la acera
norte de la citada plaza con la denominación de la Merced por el convento, pero
cuando se construyó la capilla de los Remedios, tomó este nombre, denominándose
Merced la situada en el límite sur, comprendida entre Duque de Alba y
Magdalena. (En el plano de Espinosa figura como Merced la actual calle de la
Colegiata y Magdalena la que en otros llaman Merced). Dentro de la calle de los
Remedios, esquina a la del Conde de Romanones existía una pequeña plazuela
denominada también de los Remedios. La calle Cosme de Médicis, recibió este
nombre en agradecimiento al duque de Toscana que había regalado la estatua de
Felipe III; también se llamó calle de la Torre, del Campanario de la Merced y
de San Ramón, por la capilla dedicada a este santo que daba a esta calle. En
este convento profesó Fray Gabriel Téllez, más conocido por Tirso de Molina. El
edificio, uno de los mejores y más ricos de Madrid, fue derribado en 1840 con
la desamortización de Mendizábal y la plaza resultante pasó a denominarse del
Progreso en 1841. En 1869, en el centro de la plaza se levantó una estatua
dedicada a Mendizábal que en 1939 fue sustituida por la de Tirso de Molina la
cual dio nombre a la plaza.
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Isabel: Las Vistillas o el Campillo de las Vistillas es denominación clara. Lo que no hay forma de saber es por qué razón el ayuntamiento determinó en su día denominar a la plaza con el nombre del escritor alicantino Gabriel Miró. Más acertado hubiera sido haberle llamado Plaza de Ignacio Zuloaga. ¿Sabes tú acaso la razón de esa denominación? Confieso que me intriga. Saludos.
ResponderEliminar¿Los quemaderos no aparecen en ningún plano antiguo?
ResponderEliminarHola Ronalis,
ResponderEliminarEl 27 de mayo de 1930 murió el escritor Gabriel Miró y, por acuerdo municipal, el Ayuntamiento decidió homenajearle con una plaza, desapareciendo así un nombre tan tradicional.
Saludos madrileños
Hola Dani,
ResponderEliminarPersonalmente no los he visto reseñado en ningún plano.
Saludos madrileños