A principios del siglo XX, el barrio de Cuatro Caminos
era el lugar preferido por los madrileños que pasaban las vacaciones de verano
en esta zona elevada, por ser una de las más saludables y por su fama de tener
«buenos aires».
En 1906, una crónica publicada en ABC decía que
«Aunque la edificación, aparte de muy contadas casas,
sueles ser pobre y miserable, no faltan hoteles de recreo, en los cuales
algunas familias madrileñas acostumbraban a pasar la temporada de verano, y
entre la elite de esa colonia figura en primera línea una de nuestras glorias
nacionales, el sabio doctor Ramón y Cajal que posee una preciosa finca en la
calle de Almansa ».
Es difícil imaginar
este bello paraje descrito por el cronista viendo los enormes edificios y la
avalancha de tráfico que cruza la glorieta de Cuatro Caminos.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
http://www.edicioneslalibreria.es/
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