El entorno de la plaza de Castilla es de lo más inhóspito, siempre lo he pensado desde que era punto de cita todos los domingos -entre 1976 y 1982- con Jesús (mi novio entonces y hoy mi marido) junto a la torre de los Juzgados. En el arranque de la avenida de Asturias, entonces inexistente, solo estaban unas casas prefabricadas.
Y para hacer más agradable la zona de las Cuatro Torres, el Ayuntamiento ha sacado a concurso la construcción de dos terrazas con veladores (un restaurante y una cafetería) entre dos de las torres, y así, de paso, sacará dinero por la concesión durante cuarenta años:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/10/21/madrid/1350845162_376982.html
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