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LAS PRIMERAS CASAS DEL BARRIO DE SALAMANCA


El barrio de Salamanca, proyectado por Carlos María de Castro y llevado a cabo por el marqués de Salamanca, es uno de los mejores de Madrid. 

El barrio, que toma el nombre del propio marqués, fue construido entre 1860 y 1920, eligiéndose para ello la zona este de la ciudad, en lo que Castro proyectó como zona de ensanche de Madrid. 

El marqués de Salamanca empeñó hasta sus últimos ahorros para levantar un barrio con una concepción muy distinta, destinada a las clases acomodadas. 

La Guía de Arquitectura y Urbanismo del Colegio de Arquitectos de Madrid describe el barrio detalladamente: 

«las plantas primeras y principal de estas viviendas estaban proyectadas como auténticos palacetes con jardín privado y cocheras sobre el patio de manzanas, mientras que en las plantas superiores se acomodaban los empleados y la servidumbre». 

Entre 1860 y 1870 se levantaron las primeras casas en la manzana comprendida entre las calles Serrano, Villanueva, Claudio Coello y Jorge Juan. 

En su interior existe todavía un precioso jardín que, hasta 1885, funcionó como plaza ajardinada pública y que, en 1927, para su buena conservación, los propietarios de las fincas prohibieron su entrada, incluso a los inquilinos de las viviendas, pudiendo tan sólo entrar el jardinero que se encarga de cuidarlo. 

Este era el jardín que contemplaba Bécquer desde su ventana del número 25 de Claudio Coello, cuyos balcones interiores daban a dicho jardín.

Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
http://www.edicioneslalibreria.es/

Comentarios

  1. He tenido mi despacho durante unos cuantos años en una de las piezas traseras de la calle Serrano 20 que da justamente a ese patio de manzana y puedo dar fe de la maravilla que suponer haber podido mantener excepcionalmente ese jardin. Los elementos mas destacados de ese jardin eran los hermosos y centenarios castaños de Indias. El perfume de sus flores, el frescor en los meses de calor madrileño, los cambios de color y la alfombra de hojas secas sobre el cesped acompañan la vida de los afortunados vecinos de esa manzana. Uno de los secretos mejor guardados del barrio de Salamanca.

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