En este
lugar y ocupando una manzana muy extensa entre las calles de San Bernardo,
Carranza, San Andrés, Daoiz y Velarde, aproximadamente, estaba el antiguo
palacio de los duques de Monteleón y Terranova, nietos de Hernán Cortés. Se construyó en 1690, tenía dos pisos y en la planta superior
buhardillas. Delante, un jardín dividido en cuarteles, con una fuente en el
centro y, delante de éste, otro jardín con grandes árboles. El palacio y todas
sus dependencias se fue formando con la adquisición sucesiva de las casas de
distintos propietarios.
En este palacio vivió la reina viuda
Isabel de Farnesio junto al infante cardenal Luis Antonio Jaime y la infanta
María Antonia Fernanda.
El palacio sufrió un incendio en 1723
de difícil y costosa reconstrucción. Tras éste, en 1807 Godoy lo destinó a
parque de Artillería. Tenía grandes y espaciosas salas, así como almacenes,
edificios para viviendas y de oficiales subalternos, taller, cuadras y cuerpos
de guardia y toda la servidumbre militar del Parque. Allí se alojaron los
artilleros junto con los cañones, atalajes, municiones y ganado, además de un
museo de colecciones históricas.
La entrada al parque se hacía a
través del Arco, en el número 24 de la antigua calle de San Miguel (hoy calles
de Daoiz y Velarde), quedaba frente a la de San Pedro Nueva (calle del Dos de
Mayo).
En el centro de la plaza, a modo de
monumento conmemorativo, se halla el Arco de entrada al parque de Monteleón. Es
lo único que se salvó del parque de Monteleón tras la gesta del Dos de Mayo de
1808 donde lucharon valerosamente los madrileños junto a los capitanes Daoiz y
Velarde y el teniente Ruiz.
El 21 de febrero de 1868 se propuso
en el Concejo adquirir el Arco pero no fue necesario porque un mes más tarde,
su dueño, Antonio Menéndez Cuesta, lo cedió. El 1 de mayo de 1869, el
Ayuntamiento de la Revolución, inauguró la plaza del Dos de Mayo en el solar
que ocupó el parque de Artillería. El Arco quedó aislado y rodeado de una verja
de hierro. Está construido en ladrillo, tiene un zócalo de piedra y en el medio
punto un montante de hierro. Tiene un sólo vano con su arco carpanel, enrejado.
Mide aproximadamente 7,760 x 2,70 m y está cubierto con un tejadillo de tejas a
cuatro aguas.
En 1883 el Arco se hallaba en muy mal
estado. Una de las soluciones propuestas, a la vista de su estado de ruina, fue
derribarlo y colocar allí el grupo escultórico de Daoiz y Velarde que se había
realizado en 1822 y que se hallaba en la confluencia de las calles de Carranza
y Ruiz. El Ayuntamiento a toda costa quería conservarlo así que en 1888 se
pusieron unos cinchos de hierro para salvarlo. Pero no fue suficiente.
Mariano de Cavia llegó a escribir que
el Ayuntamiento se mostraba poco considerado con la Puerta de Monteleón
«coronada también de yerbajos (...) y por abajo corren las aguas, y aguas
pútridas, dispuestas á dar al monumento por el pie (...). El arreglo de la
venerable Puerta del Parque es harto hacedero y no admite espera alguna». Así
se hizo en 1904.
Del libro “Los
porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Fecha de la publicación:
Octubre 2010 - 13.95 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
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