El Mercado de San Miguel se levanta
sobre el solar donde estuvo la iglesia medieval de San Miguel de los Octoes.
Ésta ya aparece citada en el Fuero de 1202.
Según Quintana, al parecer fue
inicialmente un oratorio dedicado a San Marcos y cuando fue erigida en
parroquia se la puso bajo la advocación de San Miguel Arcángel, denominándola
de los Octoes para diferenciarla de la iglesia de San Miguel de la Sagra.
Se dice que el sobrenombre de Octoes
procede de una familia rica y
benefactora que convirtió el oratorio en parroquia y que tenía ocho hijos.
Todos, incluyendo la esposa, fueron enterrados en la iglesia. Para Gómez
Iglesias, octoes procede de la palabra latina "auctores" en el
sentido de conjuradores, porque posiblemente fue una iglesia juradera.
En 1430, Ruy Sánchez Zapata, copero
de Juan II, y su mujer Constanza de Aponte, construyeron una capilla aneja a la
iglesia, dedicada a Nuestra Señora de la Estrella, la cual, con el tiempo se
incorporó a una de las naves de la parroquia. En esta iglesia fue bautizado
Lope de Vega en 1562.
Cuenta Álvarez de Baena en 1786
cuando escribió su libro Compendio
histórico de las grandezas de Madrid corte de la monarquía de España por Don
Josef Antonio Alvarez y Baena, vezino y natural
de ella que «la Iglesia es capaz y hermosa hecha en el Reynado de
Don Felipe III. Está consagrada desde 3. de Mayo de 1728. por mano del
Ilustrísimo Señor Don Dionisio Mellado de Eguiluz Obispo de Larén, y Auxiliar
de Toledo».
En 1790 la Plaza Mayor sufrió su
tercer y más devastador incendio que se extendió hasta la propia iglesia que
quedó en muy mal estado. Aunque fue reconstruida, en 1805 la parroquialidad se
trasladó a la cercana iglesia de San Justo y Pastor. La de San Miguel de los
Octoes fue derribada en 1810 por orden de José I.
En su solar se construyó en 1916 el
magnífico Mercado de San Miguel, obra de Alfonso Dubé y Díez, y uno de los
mejores exponentes de la arquitectura del hierro siendo el único que ha quedado
de los tres mercados que hubo en Madrid tras la desaparición de los de
Mostenses y la Cebada.
En 2009 fue reconvertido en un
mercado delicatessen con comerciantes por la calidad de sus productos y por ser
auténticos artesanos. Cuenta con 33 puestos con un mosaico de productos y
artículos relacionados con la gastronomía y la alimentación como pescadería,
carnicería, floristería (flores y hierbas aromáticas), charcutería,
cacharrería, panadería, la pastelería Horno de San Onofre, frutos secos, pasta
fresca, bodega, cafetería, cervecería e incluso un puesto destinado a ostras y
cava y otro a librería culinaria.
Del libro “Los
porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Fecha de la publicación:
Octubre 2010 - 13.95 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
Comentarios
Publicar un comentario