La famosísima pastelería Viena
Capellanes tiene el honor de haber sido la primera tahona (así empezó) que
estableció el reparto de pan en camionetas, reparto que hasta entonces se hacía
a hombros o en carros de mulas.
La distribución ha pasado a hacerse hoy en
modernas y rápidas furgonetas y los panes de antaño se han tornado en
riquísimos pasteles y bollos.
Viena Capellanes abrió sus puertas
por primera vez como tahona en 1873 en la antigua calle Capellanes (hoy Maestro
Victoria). Su dueño, Matías Lacasa decidió fabricar el pan de Viena, un pan
diferente del candeal que era el más corriente en aquella época. Lacasa lo
patentó y lo vendió en exclusiva durante diez años. Del nombre de este pan y de
la antigua calle de los Capellanes tomó el nombre la tahona.
Lacasa murió a los pocos años sin
hijos y su viuda, Juana Nessi, cedió la tahona a sus sobrinos nietos Ricardo y
Pío Baroja quienes, con el tiempo, vendieron el negocio a su encargado, Manuel
Lence Fernández, porque no podían atenderlo ellos mismos.
Posteriormente la
tahona se trasladó a la calle Martín de los Heros, donde hoy permanece como
pastelería. En la actualidad cuenta con un total de dieciocho sucursales en
todo Madrid.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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