Y hablando de hoteles, hasta la creación de éstos, las
clases de hospedaje que había en Madrid se dividían en: mesones, frecuentados
por los tratantes, donde se daba de comer también a los animales; posadas, que
tenían más distinción y donde se alojaban caballeros que no gozaban de buena
situación; hosterías, destinadas a aristócratas y por último, albergues, para
las clases inferiores.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
http://www.edicioneslalibreria.es/
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