Hoy en día tenemos bares, cafeterías, pubs, cafés y demás
establecimientos donde acudir para saciar la sed, entre otras muchas cosas.
Pero estos locales son modernos, antiguamente no existían y a los únicos sitios
donde se podía ir en caso de sed eran las llamadas alojerías, locales donde se
servía una sola bebida, el alojo.
Esta consistía en mezclar agua con miel y
especias, servidas en tazones de cristal con asas.
Estos establecimientos se
reconocían por tener a la puerta una bandera blanca con una franja roja
cruzada, distintivo que procedía de las tiendas de los campamentos cristianos,
donde se repartía esta bebida a los soldados con fines curativos.
En el siglo XVIII, y conviviendo simultáneamente con las
alojerías, surgieron las botillerías, cuya fama la alcanzaron en el siglo XIX.
Las botillerías eran lugares donde se podía consumir helados y algunas
conservas.
Como no servían café comenzaron a decaer a partir de 1808 siendo
sustituidos por los cafés, que ya habían hecho su aparición a finales del siglo
XVIII.
Las alojerías desaparecieron entre 1835 y 1838 y las botillerías entre
1846 y 1848.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
Comentarios
Publicar un comentario