Bajo una ventana del convento de la
Encarnación hay una lápida que dice textualmente «Prohibido hacer AGUAS bajo
multa correspondiente».
Data de 1857, cuando don Isidro Osorio y Silva, duque
de Sesto, asumió la alcaldía de Madrid y se propuso cambiar los viejos hábitos
de los madrileños para mantener las calles limpias.
Para ello publicó un bando
en el que se señalaba que cualquiera que hiciera “aguas” sería multado con 25
pesetas, cantidad tan desorbitada que dio lugar al pasquín que circuló por
Madrid que decía
«¡Cinco
duros por mear
Caramba qué caro es esto
¿Cuánto querrá por cagar
el
señor duque de Sesto».
Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Fecha de la publicación:
Octubre 2010 - 13.95 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
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